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EL ANILLO

Des-variando

ABCD

ABCD

ANDRES

BORJA

CESAR

DANIEL

Un ABCD.

El comienzo de la vida. El sentido de la vida.

El comienzo de la vida. Toda la cantidad de dudas que nos asaltan a diario y que, para cada uno, tienen la mayor trascendencia. “La vida es una continua toma de decisiones”. Y no siempre es fácil tomar una decisión. Siempre y cuando no nos “saltemos” los convencionalismos sociales, la adopción resultaría menos drástica. Pero cuando el resultado de la elección se sale del marco preestablecido .... nos enfrentamos al juicio de los demás. El decidir con ética no debería de importarnos, sea cual sea la solución elegida. No deberíamos de dejarnos vencer por la opinión de los demás. No deberíamos hacer esto o lo otro porque “está bien”. Deberíamos hacerlo porque queremos hacerlo, sin que eso sobrepase los derechos de otros.

El sentido de la vida. ¿Alguien sabe cual es el sentido real de la vida? Para mí solo hay un sentido real en la vida : ser feliz. Porque cuando uno es feliz, todo a su alrededor es felicidad transmitida. Toca con sus manos como toca el mago con una varita. Mira con sus ojos como quien ve con gafas de colores. Huele aromas fragantes. Escucha melodías que lo embelesan. Saborea la vida en sus millones de matices.

Daniel es feliz. El único realmente feliz, es él.

DANIEL

DANIEL Su mente nunca está. O siempre. Nadie sabe bien en que piensa. Habla y sigue la conversación con mirada atenta, pero su cabeza no sigue al mismo ritmo que sus ojos. Dicen que de pequeño estuvo atrapado dos noches en unas ruinas de las afueras. Lo cierto es que en su adolescencia se convirtió en un ser extraño. Rehuía la compañía de las chicas cuando todos los demás iban tras ellas. Eso hizo que pasase mucho tiempo solo. Sus padres trataban de darle la mayor protección pero era inevitable que los demás chicos le hicieran daño. Creció a la sombra de las burlas de unos y la compasión de otros. Ser diferente no resultó ninguna ventaja.

Hoy comparte charlas y tragos con la gente que no lo ve como un perro verde. Aunque lo sea. Aunque su cabeza no sea capaz de asimilar lo mismo que las de los demás. Pero ahora se siente persona. Habla y escucha, sin que eso dé importancia a sus palabras.

Sus ojos no han perdido ese algo que los hace diferentes. Es una mirada sin profundidad, de unos ojos negros, grandes y muertos. Son miradas atentas pero sin definición.

Y su cabeza no bulle en ideas.

Nunca se preguntará por su futuro. Nunca piensa en tomar una decisión. No le preocupa. Actúa y no piensa en si es lo mejor. No reflexiona sobre lo hecho. Sin duda es lo más cómodo. Sin duda es feliz.

Es feliz, el único realmente feliz, es él.

CESAR

CESAR Siempre con una sonrisa en su cara, aunque su mente no vaya en consonancia al gesto. Hoy tocará salir a cenar con Julia, o María, o Esther, o ..... . En realidad no le apetece. En realidad, envidia a Andrés. ¡Tiene una vida tan estable ...!  Debe de ser fantástico llegar a tu casa y que te esperen tu mujer y tus hijos. O la vida de Borja, con su madre. Cómo se deben querer... .
Su vida, en cambio, es un desastre. Siempre en brazos de una mujer diferente. Sí, antes, eso era estupendo y seguro que todos le envidiaban. Siempre era una novedad. Pero ninguno sabe que realmente, detrás de todo eso, solo hay un canibalismo feroz. Nunca ha podido llegar a hablar de nada más allá de lo banal, con cualquiera de sus innumerables parejas. Una sola vez en su vida sintió algo especial por una mujer. Una sola. Y ella ha vuelto a aparecer. Se ha convertido en presa de su propio juego. Pesó durante mucho tiempo aquella herida y hoy vuelve a surgir ante él el fantasma de aquel pasado. Le gustaría empezar una vida más estable junto a su única ilusión. Junto a ella. Pasa los días luchando contra sí mismo y su miedo a una nueva vida.

¿Seguiría hipotecando su futuro a una quimera? Cada día le cuesta más adoptar una decisión. ¿Romper con todo? ¿Empezar de cero? Problemas domésticos. El está acostumbrado a vivir su propia libertad. Y todas sus conquistas. ¿Perderá el contacto con ellas? Quizás seguir como hasta ahora sea lo más cómodo. Pero ..... ¿Busca lo más cómodo?

BORJA

BORJA Asentía a todo. Su conversación era casi exclusivamente de monosílabos. “Sí”. “Ajá”. “No”. “Hombre ...” . El soltero del grupo. Nunca le habían visto con una mujer a solas. Treinta y nueve años. Treinta nueve condenas en un cuerpo de hombre. Nadie hablaba de su sexualidad pero todos la tienen asumida en un molesto silencio. Todos menos él. Encerrado en su propia caracola, juega a despistar y ellos siguen su juego. Ninguno quiere tocar el tema, ni aun en su ausencia. Incómodo tabú.

Vive aun con sus padres. Trabaja pero no se independiza. Su madre ejerce una gran influencia sobre él, con sus ideas religiosas y su visión pecaminosa del mundo. Domingos de misa. Tardes de rosario y viernes de vigilia.

Suena con vivir en su casa con su pareja. Sueña en pasear de la mano por el paseo del río y en besar sus labios con dulzura. Sueña con ese “alguien” que le rescate del secuestro. En dejarse raptar entre los brazos fuertes de otro hombre.  

¿Seguiría hipotecando su futuro a un sueño? Cada día le cuesta más adoptar una decisión. ¿Romper con todo? ¿Empezar de cero? Problemas económicos. Problemas domésticos. Problemas familiares. Y sus padres. Quizás seguir como hasta ahora sea lo más cómodo. Pero ..... ¿Busca lo más cómodo?

 

ANDRES

ANDRES Con la mirada perdida y la cabeza en ebullición, seguía la conversación como un autómata. Pensaba en los niños.

Los niños. Los quería. Los adora y eran el mayor de los problemas. Hace tiempo que dejo de creer en su felicidad. A sus cuarenta y ocho años, la vida había perdido parte del sentido. Ya no tenía esa fuerza que le empujaba por las mañanas. Ya no creía en su trabajo. Su calendario era una sucesión de días grises, salpicada por leves pausas en la monotonía. Levantarse, ir al trabajo, volver a casa, quedar con los amigos. Todo era rutinario. Tenía que darle un vuelco a su vida.

¿Cómo había podido llegar a perder esa ilusión de estar con su mujer?

Aquellas tardes de domingo paseando de la mano. Aquellas fiestas del pueblo bailando muy pegados. Aquellos rincones que buscaban para desahogarse en caricias y besos.

¿Dónde había ido todo aquello?

Miraba a su mujer al volver a casa y veía a una extraña. No encontraba esa luz en sus ojos. Su estómago ya no se revolvía cuando la tenía cerca. Ni siquiera el roce de su piel, en la cama, desataba la excitación de antes.

¿Seguiría hipotecando su futuro a un recuerdo?

Cada día le cuesta más adoptar una decisión. ¿Romper con todo? ¿Empezar de cero? Problemas económicos. Problemas domésticos. Problemas familiares. Y sus hijos. Quizás seguir como hasta ahora sea lo más cómodo. Pero ..... ¿Busca lo más cómodo?