OTRA NOCHE DE ESAS
Doce de la noche.
Los niños jugaban en la calle, con la tranquilidad que se respira en los pueblos.
Me salgo a la puerta para fumar un cigarro y, de repente, reparo en ella.
Ahí está.
Arriba.
Sobre ti más que sobre mí.
Y entonces te vuelvo a recordar.
Vuelvo a sentirlo.
Y pasan los minutos en un suspiro.
El cigarro se acabó hace rato.
Y sigo mirándo al cielo.
Mirando a la Luna.
En la Luna.
0 comentarios