ESE DÍA ...

Era un martes de Mayo, seguramente soleado. Yo subía las escaleras que llevaban hasta el colegio, con una bolsa de deporte llena de libros y cuadernos con los márgenes llenos de dibujos. Seguro que mi cabeza danzaba entre el nominativo, el dativo y el hablativo (O ablativo, según otros). Rosa-rosae.

Tenía en el punto de mira unas vacaciones cercanas. Y no podía tropezar con suspensos. Segundo de BUP era otra cosa. Aquello se ponía serio.

Ese día gané un premio especial para mí. En clase de literatura, el profesor (cura, cojo, rojo y progre) solía subir un punto del examen al alumno cuya redacción fuese seleccionada como mejor del trimestre. Ese trimestre fue la mía. “Yo veraneo en San Sebastián”. Ese era el título. Orgullo y satisfacción por mi parte, al leer el profesor mi redacción en clase de literatura. Y cierta vergüenza, de ser tildado de “empollón” (nada más alejado de la realidad, ciertamente).

Ese día, la comida supo mejor. Los pájaros cantaban más fuerte. El sol estaba más alto. Ese día, sin duda, fue algo especial. Si me preguntas qué fecha era, te aseguro que era el penúltimo martes del mes.

El año pasado descubrí porqué ese día fue especial. Y este año, 28 años después, ha vuelto a ser martes.

3 comentarios

[liver - 08 de octubre de 2006 - 02:57]

Que potitooooooooo...pero me quedo toa curiosa que sepais...jejeje

[@ - 04 de octubre de 2006 - 14:12]

Solo ese comentario, ya es suficiente para justificar el sentido de este espacio.

[Eva - 04 de octubre de 2006 - 12:36]

Puff... ¿tú te crees, so capullo despendolao, que se puede emocionar así a una? Ains...
Ese día... nacía muriéndome. Es curioso, ¿no? Siempre me ha chocado eso de nada más nacer tener que luchar para sobrevivir.
Pero... ¡fíjate! Era demasiado bonita la vida como para perdérsela tan pronto :)
Un beso, amor.