EL PACIENTE
Como si de un pescador se tratase,
atiende los segundos con parsimonia
y entre los dedos se le escapan
mientras les habla de ella.
Una envejecida pantalla,
que se ha vuelto opaca a su lado,
hace las veces del sol,
dando luz y un asomo de calor a la estancia.
El ajado y raído terciopelo,
amarillea sobre la butaca
que vigila el ángulo de la salita.
Su voz es a ratos vivaz, como una llama,
y a ratos cansina, como el murmullo de un arroyo.
Sus ojos no ocultan ese brillo
que se encendió en primavera y,
aunque unas gafas traten de apagarlo,
sus destellos, atraviesan los cristales.
Aguarda a su lado un teléfono,
dormitando el silencio en su compañía,
Mudo, frío e inerte.
Ahorcado con su propio cable.
Calla el timbre la eterna espera del hombre.
Calla y reta la templanza que esconde tras sus arrugas.
No se lamenta.
No se duele.
Tanto solo espera.
Aun la espera.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
2 comentarios
Chary -
amelie -
Buen fin de semana grandullon.